Prólogo. Londres, 1885
+2
dynamo
Gaia
6 participantes
Página 7 de 7.
Página 7 de 7. • 1, 2, 3, 4, 5, 6, 7
Prólogo. Londres, 1885
Recuerdo del primer mensaje :
No le has visto acercarse, pero está detras de ti. Sientes su aliento en la nuca. Su sola presencia hace erizarse el pelo de tu espalda como si fueses un animal en peligro. Respira con pausa y se sitía frente a ti, apoya sus manos en los brazos de la silla y te clava la mirada.
En ese momento lo comprendes todo. Comprendes que no hay escapatoria. En esos ojos rojos, que si no te inspirasen terror incluso podrías considerar bonitos, entiendes porqué los ojos de un vampiros tienen el poder de paralizar a su víctima.
[Tienes que estar registrado y conectado para ver esa imagen]
PRÓLOGO
Allá por 1885
Allá por 1885
No le has visto acercarse, pero está detras de ti. Sientes su aliento en la nuca. Su sola presencia hace erizarse el pelo de tu espalda como si fueses un animal en peligro. Respira con pausa y se sitía frente a ti, apoya sus manos en los brazos de la silla y te clava la mirada.
En ese momento lo comprendes todo. Comprendes que no hay escapatoria. En esos ojos rojos, que si no te inspirasen terror incluso podrías considerar bonitos, entiendes porqué los ojos de un vampiros tienen el poder de paralizar a su víctima.
[Tienes que estar registrado y conectado para ver esa imagen]
Última edición por Gaia el 17/08/11, 08:39 pm, editado 3 veces
Re: Prólogo. Londres, 1885
[Tienes que estar registrado y conectado para ver esa imagen] | Amy Malory En: Mansión Sussex Con: Alaric von Hessel Espero | [Tienes que estar registrado y conectado para ver esa imagen] | Danny Doe En: Whitechapel Con: Ewan y Timothy Debo |
[Tienes que estar registrado y conectado para ver esa imagen] | Rose LePrince En: Mansión Sussex Con: Jared, Ella y Bastian Espero | [Tienes que estar registrado y conectado para ver esa imagen] | Emily Oak En: Casa Wrigth, Lambeth Con: Bruce y Leon Debo |
[Tienes que estar registrado y conectado para ver esa imagen] | Edeline Von Hessel En: Mansión Sussex Con: Eve Ackerman, Van Helsing Debo | [Tienes que estar registrado y conectado para ver esa imagen] | Elizabeth Cassidy En: Whitechapel Con: Jane ---- |
[Tienes que estar registrado y conectado para ver esa imagen] | Lord Edward Sussex En: Mansión Sussex Con: Camille y Selene Debo | [Tienes que estar registrado y conectado para ver esa imagen] | Anthony McDuncan En: Proceso de creación xD Con: ----- No encontrable |
Re: Prólogo. Londres, 1885
Danny Doe
Con Ewan St.James y Timothy
Después del mal trago en las afueras la noche había mejorado. Ya había conseguido robar un par de relojes de plata y unos pañuelos de seda de un par de jóvenes burgueses demasiado borrachos como para atender a algo más que no fuera caminar recto.
Unos metros más delante de donde me encontraba, un anciano tocaba un organillo lo que había provocado que una muchedumbre lo rodease. Sonreí, los empujones de los tumultos hacían realmente sencillo robar. Con paso alegre, casi saltando me acerqué al grupo de personas y asome mi cabeza curiosa para ver al anciano. Fingiendo que me apoyaba en la espalda de un hombre, deslicé mi mano lentamente hacia uno de sus bolsillos y simulando otro empujón palpé por encima de la tela lo que parecía ser otro reloj.
-¿Experimentas con la moda o ese atuendo tiene alguna finalidad?
Aparté la mano del bolsillo rápidamente y me giré sintiéndome descubierta. Sólo solté el aire contenido cuando me di cuenta de que eran St. James y Timothy los que estaban detrás de mí.
- ¿Nunca se os ha dicho que no se debe interrumpir a alguien cuando trabaja? – pregunté con una sonrisa -. Menudo susto.
Acomodándome mi pequeño sombrero me separé del tumulto de gente dejando a aquel pobre hombre con su reloj en el bolsillo. Esta vez había tenido suerte. Cuando estuve un poco más calmada y ya habíamos avanzado unos metros por la calle principal de White Chapel recordé la pregunta que Ewan me había formulado minutos antes.
- He estado en las afueras, en una casona – los dos me miraron atentamente. Sí, yo también sabía que una de las normas era no robar en las casas -. De ahí mi atuendo, intentaba pasar desapercibida por si alguien me miraba desde la lejanía. Ser un chico más. Pensé que sería un buen botín pero he regresado con las manos vacías.
Ewan hizo un gesto que no supe como interpretar. Podía tratarse de decepción por no haber conseguido nada en mi “aventura” o quizás era preocupación por haberme expuesto de esa manera.
- Me pidieron que consiguiera unas joyas – continué relatando – pero la casa no estaba vacía, había un hombre muy enfermo. Cuando quise largarme un policía me encontró pero no debía ser muy listo porque se tragó la historia de que trabajaba en la casa… y sabéis que esa es la peor excusa posible – sonreí – al menos me dejó marchar. He regresado hace un par de horas… y bueno, he estado trabajando para salvar algo de la noche. No quería regresar con las manos vacías.
Una noche sin botín era como un día de descanso y con el grupo, cada vez más grande, teníamos que robar para conseguir comer algo.
Con Ewan St.James y Timothy
[Tienes que estar registrado y conectado para ver esa imagen] |
Unos metros más delante de donde me encontraba, un anciano tocaba un organillo lo que había provocado que una muchedumbre lo rodease. Sonreí, los empujones de los tumultos hacían realmente sencillo robar. Con paso alegre, casi saltando me acerqué al grupo de personas y asome mi cabeza curiosa para ver al anciano. Fingiendo que me apoyaba en la espalda de un hombre, deslicé mi mano lentamente hacia uno de sus bolsillos y simulando otro empujón palpé por encima de la tela lo que parecía ser otro reloj.
-¿Experimentas con la moda o ese atuendo tiene alguna finalidad?
Aparté la mano del bolsillo rápidamente y me giré sintiéndome descubierta. Sólo solté el aire contenido cuando me di cuenta de que eran St. James y Timothy los que estaban detrás de mí.
- ¿Nunca se os ha dicho que no se debe interrumpir a alguien cuando trabaja? – pregunté con una sonrisa -. Menudo susto.
Acomodándome mi pequeño sombrero me separé del tumulto de gente dejando a aquel pobre hombre con su reloj en el bolsillo. Esta vez había tenido suerte. Cuando estuve un poco más calmada y ya habíamos avanzado unos metros por la calle principal de White Chapel recordé la pregunta que Ewan me había formulado minutos antes.
- He estado en las afueras, en una casona – los dos me miraron atentamente. Sí, yo también sabía que una de las normas era no robar en las casas -. De ahí mi atuendo, intentaba pasar desapercibida por si alguien me miraba desde la lejanía. Ser un chico más. Pensé que sería un buen botín pero he regresado con las manos vacías.
Ewan hizo un gesto que no supe como interpretar. Podía tratarse de decepción por no haber conseguido nada en mi “aventura” o quizás era preocupación por haberme expuesto de esa manera.
- Me pidieron que consiguiera unas joyas – continué relatando – pero la casa no estaba vacía, había un hombre muy enfermo. Cuando quise largarme un policía me encontró pero no debía ser muy listo porque se tragó la historia de que trabajaba en la casa… y sabéis que esa es la peor excusa posible – sonreí – al menos me dejó marchar. He regresado hace un par de horas… y bueno, he estado trabajando para salvar algo de la noche. No quería regresar con las manos vacías.
Una noche sin botín era como un día de descanso y con el grupo, cada vez más grande, teníamos que robar para conseguir comer algo.
Re: Prólogo. Londres, 1885
[Tienes que estar registrado y conectado para ver esa imagen]
Las horas han pasado de manera fugaz esta noche en Londres. La celebración de White Chapel está llegando a su fin y sólo los más rezagados o los que mañana no tienen que trabajar en alguna de las grandes casas de la ciudad siguen festejando. La noche ha sido larga y el amanecer con todos sus quehaceres está cerca.
En la mansión de Lord Sussex la fiesta continúa. El repertorio de bailes y danzas se ha terminado y muchos de los invitados ya se han retirado a sus casas. Los que todavía permanecen en la fastuosa mansión charlan de temas triviales, juegan a las cartas, al billar o cierran negocios comerciales.
A pesar del “incidente de las verduras” la noche ha sido tranquila sin embargo nuevas noticias están a punto de conmocionar a la sociedad.
*Podeis resituar a vuestros personajes si quereis y poner lo que ha pasado en flashback (o podeis continuar las situaciones, como querais)*
Las horas han pasado de manera fugaz esta noche en Londres. La celebración de White Chapel está llegando a su fin y sólo los más rezagados o los que mañana no tienen que trabajar en alguna de las grandes casas de la ciudad siguen festejando. La noche ha sido larga y el amanecer con todos sus quehaceres está cerca.
En la mansión de Lord Sussex la fiesta continúa. El repertorio de bailes y danzas se ha terminado y muchos de los invitados ya se han retirado a sus casas. Los que todavía permanecen en la fastuosa mansión charlan de temas triviales, juegan a las cartas, al billar o cierran negocios comerciales.
A pesar del “incidente de las verduras” la noche ha sido tranquila sin embargo nuevas noticias están a punto de conmocionar a la sociedad.
*Podeis resituar a vuestros personajes si quereis y poner lo que ha pasado en flashback (o podeis continuar las situaciones, como querais)*
Re: Prólogo. Londres, 1885
KIRA LIVIANI
Tras la invitación de aquel apuesto hombre fui yo la que aceptó, insinuándole a Ashley mi intención de pasar la noche con él, a lo que ella respondió con una amplia sonrisa y un comentario picante, y antes de irme a bailar con Sean le ofrecí mi casa para lo que necesitara y mi ayuda incondicional a mi querida amiga.
El Sr Andrews y yo estuvimos bailando y hablando largo tiempo lanzandonos insinuaciones poco apropiadas el uno al otro cosa que pude ver en su cara que le sorprendió, pues no es propio de una mujer de mi clase lanzar insinuaciones de manera directa y sin tapujos, pero la edad me había dotado de una visión de la vida mucho más amplia y divertida de lo que los humanos podían llegar alcanzar.
Se hizo tarde y ya quedaban pocas horas para el amanecer así que era el momento de actuar y puesto que Sean me había mostrado todos los indicios de que su intención era la misma que la mia, fui directa a lo que quería, alejandonos primero de ojos curiosos.
-Quiere acompañarme a mi casa Sr Andrews?-pregunté con una media sonrisa que dejaba patente mis intenciones y realizando un leve acercamiento que nos dejó a escasos centimetros el uno del otro.
-Acaso no tiene usted transporte?-Contestó él claramente jugando y acortando un poco más las distancias, imitando mi media sonrisa.
-Por supuesto que sí, pero de lo que carezco es de compañía.-le seguí el juego.
-En ese caso creo que mi condición de caballero me obliga a tener que prestarle esa compañía que tanto ansia-con un movimiento delicado apartó de mi frente un mechón de pelo.
-Prometo devolverle con creces el favor que me hace...-puse mi mano en su pecho y le miré sensualmente para después girarme e ir en dirección a la salida.
[Tienes que estar registrado y conectado para ver esa imagen]
Tras la invitación de aquel apuesto hombre fui yo la que aceptó, insinuándole a Ashley mi intención de pasar la noche con él, a lo que ella respondió con una amplia sonrisa y un comentario picante, y antes de irme a bailar con Sean le ofrecí mi casa para lo que necesitara y mi ayuda incondicional a mi querida amiga.
El Sr Andrews y yo estuvimos bailando y hablando largo tiempo lanzandonos insinuaciones poco apropiadas el uno al otro cosa que pude ver en su cara que le sorprendió, pues no es propio de una mujer de mi clase lanzar insinuaciones de manera directa y sin tapujos, pero la edad me había dotado de una visión de la vida mucho más amplia y divertida de lo que los humanos podían llegar alcanzar.
Se hizo tarde y ya quedaban pocas horas para el amanecer así que era el momento de actuar y puesto que Sean me había mostrado todos los indicios de que su intención era la misma que la mia, fui directa a lo que quería, alejandonos primero de ojos curiosos.
-Quiere acompañarme a mi casa Sr Andrews?-pregunté con una media sonrisa que dejaba patente mis intenciones y realizando un leve acercamiento que nos dejó a escasos centimetros el uno del otro.
-Acaso no tiene usted transporte?-Contestó él claramente jugando y acortando un poco más las distancias, imitando mi media sonrisa.
-Por supuesto que sí, pero de lo que carezco es de compañía.-le seguí el juego.
-En ese caso creo que mi condición de caballero me obliga a tener que prestarle esa compañía que tanto ansia-con un movimiento delicado apartó de mi frente un mechón de pelo.
-Prometo devolverle con creces el favor que me hace...-puse mi mano en su pecho y le miré sensualmente para después girarme e ir en dirección a la salida.
[Tienes que estar registrado y conectado para ver esa imagen]
Invitado- Invitado
Re: Prólogo. Londres, 1885
Alaric Von Hessel
con Amy Malory
Lady Malory aceptó gustosa mi invitación y dejamos atrás a Lady Ackerman, a la espera de la compañía de mi hermana y Van Helsing, quienes ya se dirigían a su encuentro. Tras mis elogios, la respuesta de Amy me dejó sinceramente sorprendido. Debajo de tanta seda y terciopelo, en aquel ambiente ahogado por el protocolo, había una joven fogosa ansiosa por salir al mundo. Y quizá, como el rubor que de inmediato pobló sus mejillas parecía demostrar, ni siquiera ella conociera qué era lo que anhelaba en aquel traspaso a la madurez.
- Por supuesto que estoy disfrutando, milady. No pensará que un incidente como el de esta noche habría de espantar a sus invitados o darles una idea equivocada sobre los responsables de tan incómodo momendo - hice una pausa, su mirada esquiva y el rubor regresando a sus mejillas me confirmaron mis sospechas -. Amy - dije abandonando las formalidades -, no es tu culpa lo que ha pasado, y nadie en su sano juicio calificaría esta noche como algo menos que espléndida. Hubo algunos altercados... ¿Cuándo no los hay en Londres? Pero esta fue tu noche, y el brillo de tu sonrisa debería poder eclipsar cualquier mal recuerdo. Así que deja de ocultarla.
La miré sonriendo y ella no pudo ocultar una sonrisa en respuesta.
- Esa misma sonrisa.
El ritmo de la música cambió y me alejé un paso de ella, inclinándome levemente y besando el dorso de su mano, mientras un nuevo caballero se acercaba, detectando la oportunidad. Cordialmente me retiré, no sin antes dedicar una mirada cómplice a la joven y guiñándole un ojo con picardía. Mientras ella aceptaba la invitación de otro bailarín, me di vuelta y rápidamente miré alrededor. Ede estaba con nuestro invitado y con lady Ackerman conversando, y Lord Sussex hablaba con una joven. Por lo visto había regresado de su estudio, y aquella era mi señal de actuar. Caminé hacia el extremo del salón mirando disimuladamente alrededor y cuando estuve seguro de que nadie me veía, me escabullí por un pasillo. Conocía la mansión, y no tardé en llegar a la biblioteca. Habían velas encendidas recientemente, y un fuego ardía en la chimenea. Junto a esta, habían pequeños fragmentos de vidrio en el suelo, como si algo se hubiera roto. Lord Sussex habría estado ahí no hacía mucho. Me acerqué al escritorio cercano a la chimenea y con una rápida mirada, descarté la importancia de lo que había en su superficie. Velozmente, revisé los cajones y la repisa sobre la chimenea. Me detuve, mirando alrededor y concentrándome. Detecté un cuadro en la pared, entre dos candelabros que colgaban de la misma. Había algo en ese cuadro que no encajaba, no podía decir con seguridad qué era, pero podía sentirlo. Me acerqué y revisé delicadamente el marco. Tras una pausa, considerando mis opciones, levanté el retrato y lo retiré de la pared. Detrás, había una puerta metálica montada sobre la pared, como una primitiva caja fuerte. Contaba solo con una pequeñísima abertura para una llave. Revisé un bolsillo interno de mi chaqueta hasta encontrar lo que buscaba. Con una pequeña ganzúa y un trozo de alambre, me dediqué a forzar la cerradura hasta que la misma cedió. Dentro habían algunos lingotes de oro, una bolsa de monedas y algunos papeles sueltos. Revisé los documentos, descartando los que no eran de mi interés, hasta que uno llamó mi atención. Volví a leer con atención hasta estar seguro de haber entendido bien su significado.
Un ruido retumbó por el pasillo, devolviéndome a la realidad. Guardé los documentos como estaban y cerré la caja fuerte, devolviendo el cuadro a su lugar y dejando todo como estaba. Me asomé al pasillo, asegurándome que no había nadie a la vista, y regresé discretamente al salón donde la fiesta continuaba. El salón estaba un poco menos lleno de gente que antes, y noté que el final de la fiesta se acercaba. Confrontaría a Lord Sussex en otro momento, pero ahora tenía que mantener las apariencias antes de que alguien notara mi ausencia. Vi que mi hermana continuaba haciéndole compañía a Van Helsing, pero habían dejado de lado a lady Ackerman. Parecía que nuestros pariente tenía muchas preguntar, que Edeline respondía cortesmente. Me acerqué a la dama solitaria, viendo que mi promesa de dejarla en buena compañía parecía no haber dado frutos satisfactorios.
- Mi pariente es un hombre excéntrico, sin duda.
Le dije al pararme a su lado, y ella dio un respingo, sorprendida por mi sigilosa llegada.
- Y más curioso que social, por lo visto - sonreí dirigiendo mi mirada hacia ella -. Lo siento ¿la asusté, milady? No era mi intención sorprenderla, a veces mis pasos tienden a ser más silenciosos de lo que intento, incluso en un silencio como este. ¿Es que acaso la banda ya se ha cansado? Qué vergüenza.
Dije al ver un violoncello apoyado sobre una silla y al músico encargado bebiendo no muy lejos de allí. Del resto de los músicos no había señales, excepto un violinista que tocaba un solo. Su interpretación era excelente, pero mucho menos digna de la fiesta ruidosa que se desarrollaba cuando abandoné el salón.
- Es quizá muy tarde, entonces, para invitarla a un último baile antes de que mi familia y yo nos retiremos, milady. O lo sería, si no tuviera la filosofía de vida de que nunca es tarde en la vida para hacer lo que uno desea.
Di un paso adelante y me di vuelta, quedando delante de ella y haciendo una leve reverencia, ofreciéndole mi brazo.
- Será un baile más lento y delicado si solo contamos con estas suaves notas, así que espero que no le disguste mi cercanía, milady.
Levanté la vista dedicándole una sonrisa y esperando su respuesta cordialmente. A lo mejor estaba siendo muy atrevido, pero no iba a dejar que la fiesta terminara sin un último baile de Alaric Von Hessel. Probablemente llamaría la atención bailando con Lady Ackerman a esta altura de la fiesta y con una melodía tan suave, lo que nos obligaría a bailar de una forma casi romántica, pero eso era justamente lo que yo necesitaba. Si yo llamaba la atención en el salón, nadie pensaría que me pasé la mitad de la fiesta husmeando en la biblioteca del anfitrión.
con Amy Malory
[Tienes que estar registrado y conectado para ver esa imagen] |
- Por supuesto que estoy disfrutando, milady. No pensará que un incidente como el de esta noche habría de espantar a sus invitados o darles una idea equivocada sobre los responsables de tan incómodo momendo - hice una pausa, su mirada esquiva y el rubor regresando a sus mejillas me confirmaron mis sospechas -. Amy - dije abandonando las formalidades -, no es tu culpa lo que ha pasado, y nadie en su sano juicio calificaría esta noche como algo menos que espléndida. Hubo algunos altercados... ¿Cuándo no los hay en Londres? Pero esta fue tu noche, y el brillo de tu sonrisa debería poder eclipsar cualquier mal recuerdo. Así que deja de ocultarla.
La miré sonriendo y ella no pudo ocultar una sonrisa en respuesta.
- Esa misma sonrisa.
El ritmo de la música cambió y me alejé un paso de ella, inclinándome levemente y besando el dorso de su mano, mientras un nuevo caballero se acercaba, detectando la oportunidad. Cordialmente me retiré, no sin antes dedicar una mirada cómplice a la joven y guiñándole un ojo con picardía. Mientras ella aceptaba la invitación de otro bailarín, me di vuelta y rápidamente miré alrededor. Ede estaba con nuestro invitado y con lady Ackerman conversando, y Lord Sussex hablaba con una joven. Por lo visto había regresado de su estudio, y aquella era mi señal de actuar. Caminé hacia el extremo del salón mirando disimuladamente alrededor y cuando estuve seguro de que nadie me veía, me escabullí por un pasillo. Conocía la mansión, y no tardé en llegar a la biblioteca. Habían velas encendidas recientemente, y un fuego ardía en la chimenea. Junto a esta, habían pequeños fragmentos de vidrio en el suelo, como si algo se hubiera roto. Lord Sussex habría estado ahí no hacía mucho. Me acerqué al escritorio cercano a la chimenea y con una rápida mirada, descarté la importancia de lo que había en su superficie. Velozmente, revisé los cajones y la repisa sobre la chimenea. Me detuve, mirando alrededor y concentrándome. Detecté un cuadro en la pared, entre dos candelabros que colgaban de la misma. Había algo en ese cuadro que no encajaba, no podía decir con seguridad qué era, pero podía sentirlo. Me acerqué y revisé delicadamente el marco. Tras una pausa, considerando mis opciones, levanté el retrato y lo retiré de la pared. Detrás, había una puerta metálica montada sobre la pared, como una primitiva caja fuerte. Contaba solo con una pequeñísima abertura para una llave. Revisé un bolsillo interno de mi chaqueta hasta encontrar lo que buscaba. Con una pequeña ganzúa y un trozo de alambre, me dediqué a forzar la cerradura hasta que la misma cedió. Dentro habían algunos lingotes de oro, una bolsa de monedas y algunos papeles sueltos. Revisé los documentos, descartando los que no eran de mi interés, hasta que uno llamó mi atención. Volví a leer con atención hasta estar seguro de haber entendido bien su significado.
Un ruido retumbó por el pasillo, devolviéndome a la realidad. Guardé los documentos como estaban y cerré la caja fuerte, devolviendo el cuadro a su lugar y dejando todo como estaba. Me asomé al pasillo, asegurándome que no había nadie a la vista, y regresé discretamente al salón donde la fiesta continuaba. El salón estaba un poco menos lleno de gente que antes, y noté que el final de la fiesta se acercaba. Confrontaría a Lord Sussex en otro momento, pero ahora tenía que mantener las apariencias antes de que alguien notara mi ausencia. Vi que mi hermana continuaba haciéndole compañía a Van Helsing, pero habían dejado de lado a lady Ackerman. Parecía que nuestros pariente tenía muchas preguntar, que Edeline respondía cortesmente. Me acerqué a la dama solitaria, viendo que mi promesa de dejarla en buena compañía parecía no haber dado frutos satisfactorios.
- Mi pariente es un hombre excéntrico, sin duda.
Le dije al pararme a su lado, y ella dio un respingo, sorprendida por mi sigilosa llegada.
- Y más curioso que social, por lo visto - sonreí dirigiendo mi mirada hacia ella -. Lo siento ¿la asusté, milady? No era mi intención sorprenderla, a veces mis pasos tienden a ser más silenciosos de lo que intento, incluso en un silencio como este. ¿Es que acaso la banda ya se ha cansado? Qué vergüenza.
Dije al ver un violoncello apoyado sobre una silla y al músico encargado bebiendo no muy lejos de allí. Del resto de los músicos no había señales, excepto un violinista que tocaba un solo. Su interpretación era excelente, pero mucho menos digna de la fiesta ruidosa que se desarrollaba cuando abandoné el salón.
- Es quizá muy tarde, entonces, para invitarla a un último baile antes de que mi familia y yo nos retiremos, milady. O lo sería, si no tuviera la filosofía de vida de que nunca es tarde en la vida para hacer lo que uno desea.
Di un paso adelante y me di vuelta, quedando delante de ella y haciendo una leve reverencia, ofreciéndole mi brazo.
- Será un baile más lento y delicado si solo contamos con estas suaves notas, así que espero que no le disguste mi cercanía, milady.
Levanté la vista dedicándole una sonrisa y esperando su respuesta cordialmente. A lo mejor estaba siendo muy atrevido, pero no iba a dejar que la fiesta terminara sin un último baile de Alaric Von Hessel. Probablemente llamaría la atención bailando con Lady Ackerman a esta altura de la fiesta y con una melodía tan suave, lo que nos obligaría a bailar de una forma casi romántica, pero eso era justamente lo que yo necesitaba. Si yo llamaba la atención en el salón, nadie pensaría que me pasé la mitad de la fiesta husmeando en la biblioteca del anfitrión.
Invitado- Invitado
Re: Prólogo. Londres, 1885
Amy Malory
Con Derek Malory
Así acababa el día más emocionante de mi vida. Miré el salón, donde antes bailaban decenas de parejas, ahora casi vacío. Había sido una noche agradable exceptuando la lluvia de verduras podridas y la recordaría el resto de mi vida.
Había disfrutado de cada uno de los bailes con los distintos pretendientes pero solo Sir Von Hessel había conseguido arrancarme una sonrisa cuando más apenada me encontraba. Le busqué con la mirada a lo largo del salón pero no conseguí encontrarle, por el contrario fue mi madre la que cruzó su mirada con la mía y se despidió de algunos de los invitados para acercarse con una gran sonrisa.
- Debes estar agotada – dijo cuando estuvo a mi altura -, no creo que hayas dejado ni una pieza por bailar.
Al contrario de lo que creía mi madre no estaba cansada, estaba demasiado excitada para poder dormir. Pero si se lo decía ella se quedaría conmigo parloteando durante horas, así que asentí con la esperanza de que me dejara unos minutos para meditar tranquila y recordar cada momento de la noche.
- Sabia que causarías sensación – me abrazó -. Supongo que tu hermana ha estado un poco celosa esta noche.
- Ella es demasiado feliz en su matrimonio como para recordar las puestas de largo, madre – y su matrimonio estaba siendo muy lucrativo, su marido iba a heredar un importante título -. ¿Qué podía envidiarme a mí cuando ella se va a convertir en duquesa?
- Sí, tienes razón.
- Además aunque no estuve presente, he oído que tuvo los mismos admiradores que yo. Es sólo que se enamoró del primero que cruzó la puerta.
- Eso es cierto – dijo mi madre en un suspiro -. Lo cual me recuerda que mañana nos veremos invadidos por esos jóvenes a los que has deslumbrado. Debes dormir un poco si quieres llegar a la hora del té.
Asentí mientras ella me besaba la frente y se alejaba de nuevo a despedir a otro grupo de invitados. Sin esperar a que regresara crucé el salón y entré en una de las salas contiguas donde Derek se servía un whisky escocés. No lo había visto en toda la noche y me sentía un poco culpable por ello.
- Te juro que pensé que me quedaría algún baile libre para ti – dije disculpándome mientras cruzaba la estancia -. No imaginé que tendría cada uno de los bailes comprometidos en la primera hora de la velada.
Derek me miró indulgentemente, si había algo que me gustaba de él era que rara vez se enfadaba conmigo.
- La próxima vez te reservaré uno, lo prometo – sonreí -. ¿Te has divertido? ¿Y tus amigos? Sé que no sois muy amigos de los bailes ni de convites de sociedad… y que lo has hecho por mí. Dime que no ha sido tan malo.
Con Derek Malory
[Tienes que estar registrado y conectado para ver esa imagen]
Así acababa el día más emocionante de mi vida. Miré el salón, donde antes bailaban decenas de parejas, ahora casi vacío. Había sido una noche agradable exceptuando la lluvia de verduras podridas y la recordaría el resto de mi vida.
Había disfrutado de cada uno de los bailes con los distintos pretendientes pero solo Sir Von Hessel había conseguido arrancarme una sonrisa cuando más apenada me encontraba. Le busqué con la mirada a lo largo del salón pero no conseguí encontrarle, por el contrario fue mi madre la que cruzó su mirada con la mía y se despidió de algunos de los invitados para acercarse con una gran sonrisa.
- Debes estar agotada – dijo cuando estuvo a mi altura -, no creo que hayas dejado ni una pieza por bailar.
Al contrario de lo que creía mi madre no estaba cansada, estaba demasiado excitada para poder dormir. Pero si se lo decía ella se quedaría conmigo parloteando durante horas, así que asentí con la esperanza de que me dejara unos minutos para meditar tranquila y recordar cada momento de la noche.
- Sabia que causarías sensación – me abrazó -. Supongo que tu hermana ha estado un poco celosa esta noche.
- Ella es demasiado feliz en su matrimonio como para recordar las puestas de largo, madre – y su matrimonio estaba siendo muy lucrativo, su marido iba a heredar un importante título -. ¿Qué podía envidiarme a mí cuando ella se va a convertir en duquesa?
- Sí, tienes razón.
- Además aunque no estuve presente, he oído que tuvo los mismos admiradores que yo. Es sólo que se enamoró del primero que cruzó la puerta.
- Eso es cierto – dijo mi madre en un suspiro -. Lo cual me recuerda que mañana nos veremos invadidos por esos jóvenes a los que has deslumbrado. Debes dormir un poco si quieres llegar a la hora del té.
Asentí mientras ella me besaba la frente y se alejaba de nuevo a despedir a otro grupo de invitados. Sin esperar a que regresara crucé el salón y entré en una de las salas contiguas donde Derek se servía un whisky escocés. No lo había visto en toda la noche y me sentía un poco culpable por ello.
- Te juro que pensé que me quedaría algún baile libre para ti – dije disculpándome mientras cruzaba la estancia -. No imaginé que tendría cada uno de los bailes comprometidos en la primera hora de la velada.
Derek me miró indulgentemente, si había algo que me gustaba de él era que rara vez se enfadaba conmigo.
- La próxima vez te reservaré uno, lo prometo – sonreí -. ¿Te has divertido? ¿Y tus amigos? Sé que no sois muy amigos de los bailes ni de convites de sociedad… y que lo has hecho por mí. Dime que no ha sido tan malo.
Re: Prólogo. Londres, 1885
Edelyne Von Hessel
Con Abraham Van Helsing
Mi pariente recién llegado parecía ser un hombre demasiado impulsivo para las tranquilas veladas de sociedad. Su mirada no había dejado de pulular por la sala mientras hablábamos con Eve y casi no había prestado atención a la joven dama que hacía todo lo posible por agradarnos con su conversación. Sabiendo que el no estaba a gusto y temiendo que Eve tomase como una ofensa el comportamiento tan poco caballeroso Van Helsing acepté apresurada su invitación de presentarle al resto de los invitados a la fiesta.
Me despedí educadamente de Lady Ackerman conviniendo quedar para tomar el té una de las tardes de la semana próxima y tomé del brazo a Van Helsing para comenzar nuestro paseo por el salón de baile.
- No sé como se harán las cosas ahí de donde viene, Abraham, pero aquí no somos tan groseros con las damas – comenté en referencia a su comportamiento con Eve -. Espero que compense de alguna manera a Lady Ackerman por su conducta tan ausente durante la conversación. Sé que ha venido por asuntos más importantes a la ciudad pero en estos eventos debería respirar hondo y relajarse. Seguramente ya se ha dado cuenta y sobra decirle que aquí están todas las personas que necesita investigar para el estudio que mi hermano y usted se disponen a empezar.
Mi tono había sido un poco más arisco de lo planeado pero Van Helsing parecía que había comprendido que no era la niña inocente y superficial que mostraba muchas veces en estos actos.
- Sí – afirmé confirmando sus pensamientos -, sé mucho más de lo que puede parecer. Y sí, también conozco la existencia de esas extrañas criaturas con las que nuestra familia parece estar obsesionada. Ahora, dígame, ¿a qué grupo desea acercarse?
Con Abraham Van Helsing
[Tienes que estar registrado y conectado para ver esa imagen] |
Me despedí educadamente de Lady Ackerman conviniendo quedar para tomar el té una de las tardes de la semana próxima y tomé del brazo a Van Helsing para comenzar nuestro paseo por el salón de baile.
- No sé como se harán las cosas ahí de donde viene, Abraham, pero aquí no somos tan groseros con las damas – comenté en referencia a su comportamiento con Eve -. Espero que compense de alguna manera a Lady Ackerman por su conducta tan ausente durante la conversación. Sé que ha venido por asuntos más importantes a la ciudad pero en estos eventos debería respirar hondo y relajarse. Seguramente ya se ha dado cuenta y sobra decirle que aquí están todas las personas que necesita investigar para el estudio que mi hermano y usted se disponen a empezar.
Mi tono había sido un poco más arisco de lo planeado pero Van Helsing parecía que había comprendido que no era la niña inocente y superficial que mostraba muchas veces en estos actos.
- Sí – afirmé confirmando sus pensamientos -, sé mucho más de lo que puede parecer. Y sí, también conozco la existencia de esas extrañas criaturas con las que nuestra familia parece estar obsesionada. Ahora, dígame, ¿a qué grupo desea acercarse?
Re: Prólogo. Londres, 1885
Eve Ackerman
( Con Alaric Von Hessel )
Edeline Von Hessel era toda una dama de pies a cabeza, con el suficiente tacto y educacion supo sin mediar palabra disculpar la torpeza de su acompañante por no prestar demasiada atención a la conversación, no pude mas que perdonarlo, incluso yo, cuando regrese a Londres tras el periodo en el internado tarde unos dias en acostumbrarme al impacto de la ciudad y sus gentes, muchas son las personas que encuentran estos lares sobrecogedores.
De nuevo, una señorita como yo se encontraba sola en mitad del baile, baile el cual pude apreciar tras la agradable charla se habia dispersado y gran parte de los invitados, unos mas en silencio que otros gracias al alcohol servido en honor de Amy, abandonaban la fiesta y regresaban al cobijo de sus aburridos hogares tras lo que en general habia sido una muy grata y...sorprendente velada.
Cuando de nuevo la preocupacion por mi doncella me hizo concentrarme para buscarla entre los pocos que aun quedaban alrededor del salon, una voz masculina sobre mis hombros me sobresalto, no pude reprimir, para mi desgracia, el pequeño salto sobre mis pies, aunque bien sabia quien era el dueño de aquellas palabras.
El señor Von Hessel hacia acopio de los mismos modales que su hermana, solo que con un toque mas de seguridad en si mismo y mayor arrojo cuando excuso a su "excentrico" familiar, como él habia mencionado. Me dedique a sonreirle como contestación, tal y como hubiera hecho una niña embelesada ante alguien mas adulto y poderoso. Alaric parecia tener ese efecto entre las damas, y bien lo sabia. Comento el repentino silencio de la sala tras el cese de la orquesta mientras señalaba con la vista a uno de los musicos tomando un descanso.
-La fiesta ha estado a la altura, si los pobres musicos estan la mitad de cansados de lo que imagino Lady Malory esta tras todos esos bailes, bien merecen una copa y un sueño reparador.-dije con calma intentendo empatizar con los trabajadores.
Esta vez no fue su inesperada compañia, sino su descarado atrevimiento lo que me pillo desprevenida, con una de esas sonrisas con las que tenia murmurando a un gran numero de jovenes solteras, me pidió un ultimo baile antes de dar por finalizada la noche.
-mm...Es esa una interesante filosofia Señor.- Comente con cara pensativa mientras dudaba en aceptar su oferta, cierto era que el violín proporcionaba un aire mas intimo y casi destinado a parejas ya establecedidas y recien prometidos, lo que menos queria era llamar la atención, pero no me encontraba en posición de negar nada y hacer un desaire como tal a un caballero como él. Su reverencia me dio tiempo suficiente para coger aire y pedir ayuda a mi Señor "Vamos, no me hagas quedar como una cria", estire mi mano enguantada hacia su brazo y asenti con delicadeza.- No tengo reparo en vuestra cercania Señor, pero no estoy muy segura de si gozara tambien de el beneplacito de mi doncella.-Bromee sin apartar mis ojos de él dejandome arrastrar hasta la pista.
( Con Alaric Von Hessel )
[Tienes que estar registrado y conectado para ver esa imagen] |
De nuevo, una señorita como yo se encontraba sola en mitad del baile, baile el cual pude apreciar tras la agradable charla se habia dispersado y gran parte de los invitados, unos mas en silencio que otros gracias al alcohol servido en honor de Amy, abandonaban la fiesta y regresaban al cobijo de sus aburridos hogares tras lo que en general habia sido una muy grata y...sorprendente velada.
Cuando de nuevo la preocupacion por mi doncella me hizo concentrarme para buscarla entre los pocos que aun quedaban alrededor del salon, una voz masculina sobre mis hombros me sobresalto, no pude reprimir, para mi desgracia, el pequeño salto sobre mis pies, aunque bien sabia quien era el dueño de aquellas palabras.
El señor Von Hessel hacia acopio de los mismos modales que su hermana, solo que con un toque mas de seguridad en si mismo y mayor arrojo cuando excuso a su "excentrico" familiar, como él habia mencionado. Me dedique a sonreirle como contestación, tal y como hubiera hecho una niña embelesada ante alguien mas adulto y poderoso. Alaric parecia tener ese efecto entre las damas, y bien lo sabia. Comento el repentino silencio de la sala tras el cese de la orquesta mientras señalaba con la vista a uno de los musicos tomando un descanso.
-La fiesta ha estado a la altura, si los pobres musicos estan la mitad de cansados de lo que imagino Lady Malory esta tras todos esos bailes, bien merecen una copa y un sueño reparador.-dije con calma intentendo empatizar con los trabajadores.
Esta vez no fue su inesperada compañia, sino su descarado atrevimiento lo que me pillo desprevenida, con una de esas sonrisas con las que tenia murmurando a un gran numero de jovenes solteras, me pidió un ultimo baile antes de dar por finalizada la noche.
-mm...Es esa una interesante filosofia Señor.- Comente con cara pensativa mientras dudaba en aceptar su oferta, cierto era que el violín proporcionaba un aire mas intimo y casi destinado a parejas ya establecedidas y recien prometidos, lo que menos queria era llamar la atención, pero no me encontraba en posición de negar nada y hacer un desaire como tal a un caballero como él. Su reverencia me dio tiempo suficiente para coger aire y pedir ayuda a mi Señor "Vamos, no me hagas quedar como una cria", estire mi mano enguantada hacia su brazo y asenti con delicadeza.- No tengo reparo en vuestra cercania Señor, pero no estoy muy segura de si gozara tambien de el beneplacito de mi doncella.-Bromee sin apartar mis ojos de él dejandome arrastrar hasta la pista.
Miss_F- Holgazán
- Mensajes : 17
Fecha de inscripción : 14/12/2010
Re: Prólogo. Londres, 1885
Bastian Shaw
Con Amy y Derek Malory / En Mansión Sussex
La verdad es que no sé cómo había aguantado tanto pero la fiesta ya estaba llegando a su fin, los músicos habían dejado su labor, que vergüenza.
La noche había sido intensa, al poco de presentarme a Lady Rose apareció un viejo amigo suyo con una hermana muy mona y como parecía que tenían mucho de qué hablar me despedí cortésmente y me fui a socializar con más personas, aunque no era el único motivo, el hombre me había mirado algo raro… por alguna razón no me sentía cómodo con ellos.
Me presenté y estuve un rato con Lady Von Hessel y el señor Van Helsing, él era rarito también pero ella era muy agradable… después estuve con varios invitados más hasta que unos amigos de mi padre volvieron a “secuestrarme” durante un buen rato. No sé cuánto tiempo fue pero se me hizo una eternidad.
Decidí que había llegado el momento de despedirse e irse a descansar algo. Pude ver que Lord Sussex estaba disponible en ese momento, no había conseguido hablar con él en toda la noche así que fui hasta allí para agradecerle su invitación. Siempre me había parecido un hombre amable.
Para mi sorpresa antes de irme me pidió que si era tan amable de ir a buscar a Lady Malory, la había visto meterse en una de las habitaciones así que me acerqué hasta la puerta y llamé suavemente –Disculpen que les interrumpa- dije cortésmente con una sonrisa –Lady Malory, Lord Sussex requiere su atención en el salón-
*disculpen el mensaje atropellado, ando descentrada
Con Amy y Derek Malory / En Mansión Sussex
[Tienes que estar registrado y conectado para ver esa imagen] |
La verdad es que no sé cómo había aguantado tanto pero la fiesta ya estaba llegando a su fin, los músicos habían dejado su labor, que vergüenza.
La noche había sido intensa, al poco de presentarme a Lady Rose apareció un viejo amigo suyo con una hermana muy mona y como parecía que tenían mucho de qué hablar me despedí cortésmente y me fui a socializar con más personas, aunque no era el único motivo, el hombre me había mirado algo raro… por alguna razón no me sentía cómodo con ellos.
Me presenté y estuve un rato con Lady Von Hessel y el señor Van Helsing, él era rarito también pero ella era muy agradable… después estuve con varios invitados más hasta que unos amigos de mi padre volvieron a “secuestrarme” durante un buen rato. No sé cuánto tiempo fue pero se me hizo una eternidad.
Decidí que había llegado el momento de despedirse e irse a descansar algo. Pude ver que Lord Sussex estaba disponible en ese momento, no había conseguido hablar con él en toda la noche así que fui hasta allí para agradecerle su invitación. Siempre me había parecido un hombre amable.
Para mi sorpresa antes de irme me pidió que si era tan amable de ir a buscar a Lady Malory, la había visto meterse en una de las habitaciones así que me acerqué hasta la puerta y llamé suavemente –Disculpen que les interrumpa- dije cortésmente con una sonrisa –Lady Malory, Lord Sussex requiere su atención en el salón-
*disculpen el mensaje atropellado, ando descentrada
Beckett- Ratero
- Mensajes : 36
Fecha de inscripción : 16/12/2010
Re: Prólogo. Londres, 1885
Lord Edward Sussex
-Perdonen que les interrumpa, no podía dejar pasar la ocasión de saludar al anfitrión y darle las gracias por invitarme, no sabe cuanto se lo agradezco.
Hablando de aparentar, vaya, que agradable sorpresa. La espía disfrazada de estrella de music-hall. Su presencia en mi fiesta sólo podía significar que necesitaba algo de mí, lo que me hacía sentir como si me acabaran de realizar una sangría. Maldito departamento del tesoro.
- Señorita Coitier, que agradable sorpresa – exclamé con mi mayor felicidad fingida mientras ella se presentaba a Camille –. Espero que la velada esté siendo de su agrado.
Ella asintió mientras recorría el salón con la vista. Mostrando tranquilidad analicé su conducta detenidamente intentando descifrar que estaba buscando. No tarde demasiado en darme cuenta de lo que era y su comentario, cuando regresó su vista a mi, acabó por confirmármelo.
- Una fiesta muy variada la que tiene aquí, Milord
Vampiros. Eso era lo que estaba buscando. El maldito tema de la “Dama de Sangre” debía de importarle mucho a las altas esferas para que Coitier estuviese investigando por aquí. Más tarde, o quizás en uno de los siguientes días, tendría que mantener una conversación de negocios con ella. Ahora no era el momento sabiendo que en la fiesta estaban los vampiros más importantes de la sociedad y yo no quería ganarme más enemistades con ellos de las que ya tenía. Con Lady Blair era suficiente.
- Lord Sussex sabe hacer las mejores fiestas, sobre todo si se trata de celebrar eventos especiales aunque, no se que a se refiera a "variada", yo veo la misma calidad de carne de primera clase por todos lados.
Coitier y yo nos reímos del inocente comentario de Camille, la joven criatura no estaba enterada de la misa la mitad y eso era realmente encantador. Sin embargo, debió temer haberme ofendido porque rápidamente se disculpó por llamar a mis invitados “carne de primera”
- No se disculpe, Camille – sonreí afable dándole unos golpecitos en su mano enguantada que todavía rodeaba mi brazo- Ni se imagina la razón que lleva con ese comentario – le dije lanzando una mirada cómplice a Coitier.
Ella pareció querer responder a mi comentario pero fuimos interrumpidos por un joven que deseaba despedirse de mí. Lo reconocí en seguida. Nada más y nada menos que el hijo del Señor Shaw, gran amigo y el primero al que había confiado mi fortuna al regresar de África.
El joven tras felicitarme por la velada y asegurar que se había divertido hizo un ademán de abandonar la sala pero lo detuve antes de que se alejara.
- Espere, Bastian – lo llamé -, según me ha comentado su padre, usted es realmente virtuoso en el mundo de las artes.
El joven asintió al tiempo que se detenía. Yo me despedí de las damas que me acompañaban y le hice un gesto para que me siguiera.
- Quería hacerle un regalo a mi ahijada por su presentación en sociedad – comenté mientras cruzábamos el salón-. Se lo comenté a su padre hace algún tiempo y él me sugirió un retrato. Por supuesto, recomendando a su hijo como pintor- el joven volvió a sonreír y me agradeció mi amabilidad -. Ella aun no sabe nada y creo que ya es hora de revelarle la sorpresa. ¿A usted le importaría ir a buscarla? – pregunté, aunque más que una pregunta era una orden -. La he visto hace un instante hablar con su madre y si no me equivoco ahora mismo debería estar en el comedor, charlando con su hermano.
[Tienes que estar registrado y conectado para ver esa imagen]
Tras hablar del asunto de la dama de sangre con la joven Camille regresamos al salón donde mis invitados seguían tal y como los había dejado: bebiéndose mis licores y charlando de banalidades. Era lo que adoraba de estas fiestas, nada era lo que parecía ser. -Perdonen que les interrumpa, no podía dejar pasar la ocasión de saludar al anfitrión y darle las gracias por invitarme, no sabe cuanto se lo agradezco.
Hablando de aparentar, vaya, que agradable sorpresa. La espía disfrazada de estrella de music-hall. Su presencia en mi fiesta sólo podía significar que necesitaba algo de mí, lo que me hacía sentir como si me acabaran de realizar una sangría. Maldito departamento del tesoro.
- Señorita Coitier, que agradable sorpresa – exclamé con mi mayor felicidad fingida mientras ella se presentaba a Camille –. Espero que la velada esté siendo de su agrado.
Ella asintió mientras recorría el salón con la vista. Mostrando tranquilidad analicé su conducta detenidamente intentando descifrar que estaba buscando. No tarde demasiado en darme cuenta de lo que era y su comentario, cuando regresó su vista a mi, acabó por confirmármelo.
- Una fiesta muy variada la que tiene aquí, Milord
Vampiros. Eso era lo que estaba buscando. El maldito tema de la “Dama de Sangre” debía de importarle mucho a las altas esferas para que Coitier estuviese investigando por aquí. Más tarde, o quizás en uno de los siguientes días, tendría que mantener una conversación de negocios con ella. Ahora no era el momento sabiendo que en la fiesta estaban los vampiros más importantes de la sociedad y yo no quería ganarme más enemistades con ellos de las que ya tenía. Con Lady Blair era suficiente.
- Lord Sussex sabe hacer las mejores fiestas, sobre todo si se trata de celebrar eventos especiales aunque, no se que a se refiera a "variada", yo veo la misma calidad de carne de primera clase por todos lados.
Coitier y yo nos reímos del inocente comentario de Camille, la joven criatura no estaba enterada de la misa la mitad y eso era realmente encantador. Sin embargo, debió temer haberme ofendido porque rápidamente se disculpó por llamar a mis invitados “carne de primera”
- No se disculpe, Camille – sonreí afable dándole unos golpecitos en su mano enguantada que todavía rodeaba mi brazo- Ni se imagina la razón que lleva con ese comentario – le dije lanzando una mirada cómplice a Coitier.
Ella pareció querer responder a mi comentario pero fuimos interrumpidos por un joven que deseaba despedirse de mí. Lo reconocí en seguida. Nada más y nada menos que el hijo del Señor Shaw, gran amigo y el primero al que había confiado mi fortuna al regresar de África.
El joven tras felicitarme por la velada y asegurar que se había divertido hizo un ademán de abandonar la sala pero lo detuve antes de que se alejara.
- Espere, Bastian – lo llamé -, según me ha comentado su padre, usted es realmente virtuoso en el mundo de las artes.
El joven asintió al tiempo que se detenía. Yo me despedí de las damas que me acompañaban y le hice un gesto para que me siguiera.
- Quería hacerle un regalo a mi ahijada por su presentación en sociedad – comenté mientras cruzábamos el salón-. Se lo comenté a su padre hace algún tiempo y él me sugirió un retrato. Por supuesto, recomendando a su hijo como pintor- el joven volvió a sonreír y me agradeció mi amabilidad -. Ella aun no sabe nada y creo que ya es hora de revelarle la sorpresa. ¿A usted le importaría ir a buscarla? – pregunté, aunque más que una pregunta era una orden -. La he visto hace un instante hablar con su madre y si no me equivoco ahora mismo debería estar en el comedor, charlando con su hermano.
Re: Prólogo. Londres, 1885
Amy Malory
Con Derek, Bastian y Lord Sussex.
Me quedé mirando al hombre que acababa de entrar en el comedor. No le conocía pero no era algo de lo que extrañarse ya que no conocía a la mayoría de las personas que habían asistido hoy a mi presentación.
- ¿Lord Sussex quiere verme? – Pregunté como si no le hubiera escuchado bien. Levanté las cejas extrañada y luego volví a mirar a Derek que se encogió de hombros. No recordaba haber hecho nada para avergonzarlo pero si quería verme lo mejor era no hacerle esperar – Derek, ¿Por qué no nos acompañas? Así podríamos regresar a casa juntos después de saber que desea Lord Sussex. Madre ha insinuado que mañana tendré varias visitas y creo que tenía razón en eso de que debería dormir algo.
Seguida de cerca por Derek y por el otro joven me acerqué a donde se encontraba Lord Sussex que me recibió con una sonrisa. No parecía enfadado así que podía descartar el ridículo como motivo de su llamamiento. ¿Qué quería entonces?
- Gracias a Dios que todavía seguís aquí. Al ver que te reunías con tu hermano creí que ya habíais partido a vuestra casa.
- Nunca me iría sin despedirme de usted, padrino – le sonreí -. Es cierto que estaba pensando abandonar la celebración en unos instantes pero ahora que me ha llamado mi partida puede esperar.
- Eso espero, porque creo que se va a demorar un poco más. Además, hay unos asuntos de los que quiero hablar con Derek.
Ahora fui yo la que miré a Derek levantando una ceja. A saber que última aventura/pelea/problema había llegado esta vez a los oídos de Lord Sussex para que quisiera hablar con Derek.
- Pero bueno, ahora tengo que centrarme en ti, pequeña. ¿No se te ha ocurrido pensar que tu padrino iba a hacerte un regalo el día de tu puesta de largo?
Abrí la boca pero no respondí. Si que lo había pensado. Es más, era un asunto al que le había dado demasiadas vueltas pero como una dama de sociedad bien educada no me había atrevido a preguntar.
- ¿Él es mi regalo? – pregunté con media sonrisa, señalando al joven que nos acompañaba.
Lord Sussex y Derek se rieron con mi ocurrencia y al sujeto de mi broma se le atragantó la bebida. No pude evitar sonreír.
-Sabes que mis devaneos con la esclavitud ya están lejos, pequeña, pero este joven si que tiene algo que ver en tu regalo. Se llama Bastian Shaw y es pintor, va a hacerte un retrato.
- ¡Oh! – exclamé intentando parecer emocionada. Un retrato, genial. Yo había pensado en un caballo, un carruaje propio… y me había tocado un retrato.
- Ahora estás en la flor de la vida y nunca serás tan hermosa como lo eres ahora. Quiero que tengas un recuerdo de este momento tan especial. No he hablado con el señor Shaw de los honorarios por sus servicios – dijo mirándole -, pero no quiero que ese tema impida tener el cuadro que mi ahijada desea. Sólo hágame llegar la factura final y se la pagaré.
El joven Shaw pareció conforme y yo no pude hacer otra cosa que suspirar y resignarme. Así que ese iba a ser mi regalo, pues tendría que sacarle provecho.
- Ahora, si nos disculpáis, Derek y yo tenemos una conversación pendiente. Supongo que vosotros podéis ir concretando algunos aspectos del cuadro. Sé que Bastian podrá aconsejarte de las últimas tendencias.
Lord Sussex le hizo un gesto a Derek para que lo siguiera y los dos se alejaron dejándome acompañada por Bastian.
- Así que… pintor – repetí para sacar conversación -. ¡Qué excitante moverse en esos ambientes! ¿Conoce usted a Degas? Hace unos años tuve la suerte de visitar en Paris una exposición de impresionistas y desde entonces estoy obsesionada con su obra.
Con Derek, Bastian y Lord Sussex.
[Tienes que estar registrado y conectado para ver esa imagen] |
- ¿Lord Sussex quiere verme? – Pregunté como si no le hubiera escuchado bien. Levanté las cejas extrañada y luego volví a mirar a Derek que se encogió de hombros. No recordaba haber hecho nada para avergonzarlo pero si quería verme lo mejor era no hacerle esperar – Derek, ¿Por qué no nos acompañas? Así podríamos regresar a casa juntos después de saber que desea Lord Sussex. Madre ha insinuado que mañana tendré varias visitas y creo que tenía razón en eso de que debería dormir algo.
Seguida de cerca por Derek y por el otro joven me acerqué a donde se encontraba Lord Sussex que me recibió con una sonrisa. No parecía enfadado así que podía descartar el ridículo como motivo de su llamamiento. ¿Qué quería entonces?
- Gracias a Dios que todavía seguís aquí. Al ver que te reunías con tu hermano creí que ya habíais partido a vuestra casa.
- Nunca me iría sin despedirme de usted, padrino – le sonreí -. Es cierto que estaba pensando abandonar la celebración en unos instantes pero ahora que me ha llamado mi partida puede esperar.
- Eso espero, porque creo que se va a demorar un poco más. Además, hay unos asuntos de los que quiero hablar con Derek.
Ahora fui yo la que miré a Derek levantando una ceja. A saber que última aventura/pelea/problema había llegado esta vez a los oídos de Lord Sussex para que quisiera hablar con Derek.
- Pero bueno, ahora tengo que centrarme en ti, pequeña. ¿No se te ha ocurrido pensar que tu padrino iba a hacerte un regalo el día de tu puesta de largo?
Abrí la boca pero no respondí. Si que lo había pensado. Es más, era un asunto al que le había dado demasiadas vueltas pero como una dama de sociedad bien educada no me había atrevido a preguntar.
- ¿Él es mi regalo? – pregunté con media sonrisa, señalando al joven que nos acompañaba.
Lord Sussex y Derek se rieron con mi ocurrencia y al sujeto de mi broma se le atragantó la bebida. No pude evitar sonreír.
-Sabes que mis devaneos con la esclavitud ya están lejos, pequeña, pero este joven si que tiene algo que ver en tu regalo. Se llama Bastian Shaw y es pintor, va a hacerte un retrato.
- ¡Oh! – exclamé intentando parecer emocionada. Un retrato, genial. Yo había pensado en un caballo, un carruaje propio… y me había tocado un retrato.
- Ahora estás en la flor de la vida y nunca serás tan hermosa como lo eres ahora. Quiero que tengas un recuerdo de este momento tan especial. No he hablado con el señor Shaw de los honorarios por sus servicios – dijo mirándole -, pero no quiero que ese tema impida tener el cuadro que mi ahijada desea. Sólo hágame llegar la factura final y se la pagaré.
El joven Shaw pareció conforme y yo no pude hacer otra cosa que suspirar y resignarme. Así que ese iba a ser mi regalo, pues tendría que sacarle provecho.
- Ahora, si nos disculpáis, Derek y yo tenemos una conversación pendiente. Supongo que vosotros podéis ir concretando algunos aspectos del cuadro. Sé que Bastian podrá aconsejarte de las últimas tendencias.
Lord Sussex le hizo un gesto a Derek para que lo siguiera y los dos se alejaron dejándome acompañada por Bastian.
- Así que… pintor – repetí para sacar conversación -. ¡Qué excitante moverse en esos ambientes! ¿Conoce usted a Degas? Hace unos años tuve la suerte de visitar en Paris una exposición de impresionistas y desde entonces estoy obsesionada con su obra.
Re: Prólogo. Londres, 1885
Bastian Shaw
Con Amy Malory / En Mansión Sussex
Me sentía halagado por la petición de Lord Sussex, nunca diría que no a hacerle un retrato a su ahijada, quien ha demostrado tener un gran sentido del humor. Nunca antes me había atragantado delante de semejante compañía con tanta facilidad, juraría que me ruboricé un poco.
Lord Sussex se llevó a Derek dejándonos a solas, por lo visto tenían asuntos que tratar… menuda suerte. Diría que ella esperaba algo más que un simple retrato… la verdad es que si fuese al revés yo también pensaría lo mismo, siendo este un día tan especial y con un padrino tan considerado…
Lo que no sabía es que le gustase la pintura a Lady Malory, me llamó la atención que me hablase de los impresionistas y en especial de Degas, asentí con la cabeza – Milady, tiene usted muy buen gusto. Degas es una persona muy interesante, ambos compartimos la influencia y la admiración por Delacroix, aunque el pobre no atraviesa un buen momento personal….- ahora que pensaba en él me daba cuenta de que llevaba un año sin verle, desde que conocimos al loco de Lautrec… centré mi atención en Amy – Uno de mis cuadros preferidos de él es “Clase de Baile”. Personalmente otro pintor que me gusta mucho es Bouguereau, siempre busca reflejar la belleza de la forma más real posible- dije con una sonrisa.
Lord Sussex quería que la aconsejase sobre las tendencias de moda para el retrato pero yo pensaba diferente – Aunque su padrino quiere que le hable de las tendencias de moda en los retratos yo pienso que eres tú quien debe decidir cómo posar… me gusta que mis modelos se sientan cómodos y posen como quieran-
Ya era tarde y ella debía de estar cansada, sin duda yo lo estaba – Su padrino tiene mi dirección, así que pásate cuando quieras… Siempre serás bien recibida Milady- dije depositando un suave beso en su mano – Gracias por tan maravillosa velada, espero que descanse, se lo merece después de tanto baile-
Con Amy Malory / En Mansión Sussex
[Tienes que estar registrado y conectado para ver esa imagen] |
Me sentía halagado por la petición de Lord Sussex, nunca diría que no a hacerle un retrato a su ahijada, quien ha demostrado tener un gran sentido del humor. Nunca antes me había atragantado delante de semejante compañía con tanta facilidad, juraría que me ruboricé un poco.
Lord Sussex se llevó a Derek dejándonos a solas, por lo visto tenían asuntos que tratar… menuda suerte. Diría que ella esperaba algo más que un simple retrato… la verdad es que si fuese al revés yo también pensaría lo mismo, siendo este un día tan especial y con un padrino tan considerado…
Lo que no sabía es que le gustase la pintura a Lady Malory, me llamó la atención que me hablase de los impresionistas y en especial de Degas, asentí con la cabeza – Milady, tiene usted muy buen gusto. Degas es una persona muy interesante, ambos compartimos la influencia y la admiración por Delacroix, aunque el pobre no atraviesa un buen momento personal….- ahora que pensaba en él me daba cuenta de que llevaba un año sin verle, desde que conocimos al loco de Lautrec… centré mi atención en Amy – Uno de mis cuadros preferidos de él es “Clase de Baile”. Personalmente otro pintor que me gusta mucho es Bouguereau, siempre busca reflejar la belleza de la forma más real posible- dije con una sonrisa.
Lord Sussex quería que la aconsejase sobre las tendencias de moda para el retrato pero yo pensaba diferente – Aunque su padrino quiere que le hable de las tendencias de moda en los retratos yo pienso que eres tú quien debe decidir cómo posar… me gusta que mis modelos se sientan cómodos y posen como quieran-
Ya era tarde y ella debía de estar cansada, sin duda yo lo estaba – Su padrino tiene mi dirección, así que pásate cuando quieras… Siempre serás bien recibida Milady- dije depositando un suave beso en su mano – Gracias por tan maravillosa velada, espero que descanse, se lo merece después de tanto baile-
Beckett- Ratero
- Mensajes : 36
Fecha de inscripción : 16/12/2010
Página 7 de 7. • 1, 2, 3, 4, 5, 6, 7
Temas similares
» Prólogo. Londres, 1885. Resumen
» Frases memorables del capitulo I. Londres, 1885.
» EL LONDRES DE LIGHT OF DARKNESS. Mapa
» Frases memorables del capitulo I. Londres, 1885.
» EL LONDRES DE LIGHT OF DARKNESS. Mapa
Página 7 de 7.
Permisos de este foro:
No puedes responder a temas en este foro.