Ewan Christian St.James - Nathan Fillion

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A pesar de su trabajo Ewan es un hombre de fuerte moral y gran corazón. Intenta educar a sus raterillos lo mejor que puede, quiere que las personas bajo su mando sepan valerse por sí mimas pero eso no significa que estén a su suerte, él siempre estará ahí para ellos, es muy protector y les ayudará cuando lo necesiten.
Ewan nunca supo quiénes fueron sus padres, fue abandonado a los pocos días de nacer a las puertas de una iglesia. El padre Liam, bastante mayor ya, decidió que ellos lo acogerían y que podría ser instruido dentro de la iglesia para ser un futuro cura, pero Ewan dio signos desde pequeño de que ese no era su destino. Era demasiado inquieto y tenía mucha energía como para estar la mayor parte del tiempo encerrado entre cuatro paredes.

El padre Liam era atento y amable con él. Lo instruyó dentro de una gran fe desde muy pequeño, le enseñó a leer y escribir y cada cierto tiempo se lo llevaba a explorar las calles de Belfast. Empezó a enseñarle latín cuando a los pocos meses murió. El Padre que mandaron de reemplazo era todo lo contrario a Liam: duro, estricto, convirtió su estancia en un infierno. Aunque el padre Adam le había prohibido salir al exterior Ewan se escapaba cuando podía pero eso solo conseguía empeorar la situación y cuando lo descubrían le esperaban fuertes represalias que han dejado cicatrices en su torso.

Pidió dejar los estudios y salir de la Iglesia pero la orden eclesiástica pasaba del tema. Con 14 años reunió todos los víveres que pudo, robó dinero de la recaudación y se marchó una noche de verano hacia el puerto de Belfast, donde se coló como polizón en uno de los barcos que partían hacían Inglaterra y Escocia. Desembarcó en Cardiff. Allí intentó no llamar la atención pues un crío tan joven atraía todas las miradas. Al no tener familia le costaba encontrar un sitio en el que quedarse, un prostíbulo le ofreció alojamiento pero él no se fiaba de la gente de allí. Pasó la noche en un hueco debajo de uno de los puentes de la ciudad, hacía más frío allí pero no le importó. Decidió que quería ir hacía alguna ciudad grande donde tuviese más oportunidades de trabajo, pensó en Londres pero no tenía dinero suficiente como para llegar y tampoco sabía muy bien cómo hacerlo. Encontró trabajo en una casa noble con la excusa de que vivía con su tío y estaba enfermo. Le dejaron ayudar en el jardín, eso le permitiría llegar en unos pocos meses a Londres. Aprendió que aquello no era lo suyo, no se le daba mal pero ese ambiente no le agradaba y tampoco le atraía la idea de trabajar en una industria dejándose la salud.

Al año llegó a Londres, como era menor era imposible encontrar un lugar en el que vivir sin terminar en un orfanato. Se refugió en una casa abandonada y estuvo tirando de su dinero para comer hasta que se quedó sin nada. Con la desesperación de no saber qué hacer y no encontrar nada que le gustase, empezó a robar por el centro y por la noche en Whitechapel, lo que le llevó a varias peleas callejeras con borrachos.

Un día intento robarle a un hombre de buena apariencia que se llamaba Jack Hole, pero fue descubierto. Descubrió que él era un ratero muy bueno y como Ewan le cayó en gracia decidió acogerlo y enseñarle todos sus trucos. Se llevaban muy bien y cuando Jack murió, Ewan decidió crear un clan con su nombre y dedicarse a recoger chicos de la calle o con problemas que necesitasen un lugar en el que estar y una forma de ganar dinero.

Ewan se queda el 50% de cada robo pero solo se guarda para él una pequeña parte, todo lo demás va para la casa en la que vive su clan y sus necesidades. Conoce a Jasper Crane, quien se encarga de dar salida a lo que roban.